Personalidades Múltiples
Creo recordar a un profesor de sicología decir, que “TÚ”, eres algo así, como, algo intermedio entre lo que tú crees que eres, lo que los demás creen que eres tú y la imagen que crees que proyectas a los demás; era algo así, aunque, con otras palabras, lo que parece indicar que ni tú mismo te conoces ni nadie sabe quién eres realmente.
Dejaré a un lado lo que cada cual piense de sí mismo; el auto-estudio en cualquiera de sus facetas, es harto complicado; existen infinidad de prácticas de carácter: filosófico, religioso o paracientífico, que te llevan toda una vida de auto-estudio; necesitaríamos un poco de visión desde algún punto en la distancia sobre nosotros mismos y visto por nosotros/as mismos/as, para vernos realmente como somos.
Pasa algo parecido cuando estás tratando de modelar algo con la arcilla, no paras de mover la pieza, de girarla, la miras de frente, la miras por los laterales, desde la parte superior, la parte trasera, miras la forma que el vacío crea entre los diferentes volúmenes, e incluso hay quien utiliza un espejo, vara ver la imagen invertida de lo que está haciendo, pero no es hasta que miramos desde cierta distancia nuestra obra y dejamos pasar unos días, para volver a mirarla, cuando esta estará realmente lista, una vez hayamos cambiado, o corregido los pequeños detalles.
Con el auto-estudio, podemos dejar pasar algo de tiempo, para observarnos a nosotros/as mismos/as, pero, parece difícil vernos a nosotros/as mismos desde la distancia.
Me preocupa el empeño, que la mayoría de las personas, ponen en intentar proyectar sobre los demás, una imagen idílica sobre sí mismos; esa necesidad de agradar, de caer bien o de sobrevivir, nos mantiene bastante ocupados y a veces, nos hace cometer errores de gran calibre.
Me pregunto, qué tipo de imagen, intentaríamos proyectar en una sala de exposiciones, evento cultural o en un sitio, donde se presupone que hay una cierta cultura y formación y si realmente, nos creemos, la imagen que los demás están intentando proyectar sobre sí mismos o bien, qué tipo de imagen, trataríamos proyectar en un ambiente, donde todo fuera violencia y hostilidad e igualmente, me pregunto, si esa violencia u hostilidad que las otras personas proyectan, es a su vez una falsa máscara, necesaria que en su momento fabricaron para garantizar su supervivencia.
¿Qué imagen, proyectamos en nuestro hogar con nuestros seres queridos?, si presuponemos que es un entorno de amor y cariño y ¿cuál de estas imágenes y la infinidad de imágenes que podemos aprender a proyectar, es la verdadera?, o ¿todas son falsas?.
Creo que los profesionales del Arte Dramático, con la experiencia, aprenden a desconectar rápidamente un personaje de otro y no llevárselo para casa, aunque sonados son los casos de algunos/as de ellos/as, que perdieron la cabeza de forma permanente o temporal después de estar durante mucho tiempo representando a un personaje en una obra.
Los no profesionales, como el resto de los mortales, podemos quedar atrapados en una de esas diferentes personalidades y cuando esto ocurre, casi siempre se produce una catástrofe.
Imaginad, que no podéis abandonar vuestra personalidad de hombre o mujer duros y agresivos y la proyectáis en un supermercado. Creo que cuando esto ocurre, nos envían bien mayoritariamente a una prisión, o a un siquiátrico.
Volviendo a la escultura, a mí me gusta trabajar en una sola pieza a la vez e intento hacerlo de manera continua en el lapso de tiempo necesario, para terminarla; en las pocas ocasiones, en que he dejado pasar algunos meses o años, por alguna interrupción ajena, el producto resultante, no resulta coherente; la personalidad que comenzó esa obra hace unos años, ha variado por alguna razón.
La importancia por la aceptación social, nos hace a veces perder la orientación. Imaginaos desnudos entre una muchedumbre; casi con toda seguridad, salvo algunas excepciones, os sentiréis avergonzados; ahora imaginad, que toda esa muchedumbre, se imagina desnuda igual que vosotros/as y está intentando ocultarse de los demás o buscando alguna prenda de vestir, para ocultarse y proyectar su imagen ideal de sí mismos.
Creo, que una persona, “posiblemente”, la imagen más real que pueda proyectar de sí mismo, es cuando pierde esa necesidad de proyectar; cuando elige una sola personalidad y trata de sobrevivir con ella en cualquier contexto social; cuando estamos seguro de quienes somos o próximos a este conocimiento, proyectamos sobre los demás esa seguridad, y aparece un cierto respeto.
Creo, que el lugar más adecuado para descubrir quiénes somos realmente, debería ser un entorno amigable, de amor y cariño, de honestidad; un entorno, en el que no necesitemos disfrazarnos de nada para sobrevivir, creo que esta debería ser la imagen más representativa de nuestro ser y proyectando esta imagen, tal vez, nos llevemos de vez en cuando un par de “Hostias”, pero acabaremos siendo más libres, estaremos menos ocupados y finalmente, tal vez, los demás sientan la necesidad de dejar de disfrazarse ante nosotros y se muestren como son, aunque esto, debería importarnos tanto como “ABSOLUTAMENTE NADA”.
Creo que las personas mayores, son unos expertos en esto, cada vez, les importa menos lo que piensen de ellos y se comportan como son; podríamos pensar, que si viviéramos 300 años, nos convertiríamos en seres más auténticos y seguros de sí mismos, pero creo que seguiríamos siendo unos/as estúpidos; es la proximidad de los créditos que aparecen en la pantalla al final de la secuencia proyectada de nuestras vidas, lo que nos hace sufrir este desapego a lo superfluo y nos torna algo más veraces; no estamos para perder el tiempo.
Se me fue la cabeza como siempre, yo quería hablaros sobre escultura y modelado en arcilla; tal vez haya influido en mí, algo que ocurrió este miércoles pasado por la tarde, me llevé una pequeña decepción, pero a lo largo del día siguiente, pensé en ¿Quién soy yo para prejuzgar el disfraz de nadie?; convivir en varios entornos contrapuestos a la vez, debe de ser agonizante y tener un ropero bastante extenso, algo difícil de gestionar; no hay nada más triste que ver a un joven hundido y superado por esta continua “Fiesta de Carnaval”.