Llega el mes de octubre y con este, el otoño climático y la primavera en el taller; los alumnos y alumnas, que han estado durante el verano realizando varios proyectos continúan y los que marcharon de vacaciones, regresan.
Van apareciendo por el taller de igual manera, alumnas/os ilusionadas/os, con su primera clase de prueba o van reservando la fecha para tal clase.
El primer contacto con la arcilla, para los que lo hacen por primera vez, suele ser algo emocionante, toda una experiencia; es curioso, que los que se animan, lo hacen en cierto modo impulsados por el recuerdo de alguna experiencia durante la infancia.
Otras personas, tan solo quieren tener una experiencia diferente, para un día especial; a veces las rutinas, por muy caras que sean, dejan de agradar; regalar una clase de cerámica o torno, suele dar muy buenos resultados; tan solo hay que ver las sonrisas.
Tenemos suerte, diferentes espacios, según los gustos y ya sabemos, que "Para gustos hay Colores". Las alumnas/os, van llegando los sábados a diferentes horas; al fin y al cabo, es sábado y se distribuyen en el espacio en número inferior a cinco personas en cada uno de ellos; los hay que optan por el jardín; donde todo es más libre.